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21 abril 2010

Chico del café

Pablo, frente a su casa, encendía un cigarrillo sentado en su coche una tarde de invierno.


Después de una hora o algo así, las llaves de su casa, castañeteaban en la puerta.

Doro, se lavaba los dientes sin prestar atención a la llegada.

Nina, la pequeña de la casa, hablaba sin cesar por el teléfono en su cuarto.



En la cocina, se encontraba Nora. Mujer y madre.



- ¡ah! Hola. No te he oído entrar.- Dijo Nora

En la cena, Pablo observaba a Nora..

-¿ sabes? Me gustaría tomar un café esta noche en la terraza.- le dijo Pablo a Nora.

.-Claro que sí. Tranquilo. Yo me voy a la cama que no sabes que día he pasado.- Dijo Nora

.-No, no lo sé.-Contestó Pablo



Mientras escuchaba el sonido del café, Pablo miraba la ranura de una baldosa.

Retiró el café del fuego y se fue a dormir.



El sonido de los ordenadores protagonizaba las primeras horas de la mañana en la oficina.

Una máquina de café se enfrentaba a un Pablo sin monedas. Cuando escuchó una voz.

.-Quieres un café?.-

Pablo levantó la mirada y se encontró con una dulce sonrisa. Era una mujer del departamento de enfrente.

Los dos se burlaron del sabor del café e inventaron comparaciones divertidas.



.- Bueno...Vamos a currar un poquito?.- Dijo ella



.- Digo yo....- Dijo Pablo



.- ah! Y me debes un café eh? Jajaja.- dijo ella



.Pablo no supo que contestar y sonrió



Después de comer y sentado ya en su mesa, un posit pegado en la pantalla, rezaba así:



“ ¿Sabes? Me encantaría tomar un café contigo. Hay una terraza aquí abajo. Si te apetece estaré a las ocho. Ciao chico del café”



Pablo sonrió y siguió trabajando.



Sus ojos miraban compulsívamente el reloj de la parte inferior del ordenador .

No podía dejar de pensar en la hora.

Cuando por fin llegó el momento, el ascensor no llegaba nunca.

Al llegar a la calle se sentó e introdujo la llave.

El sonido del motor lo acompañó hasta su calle.



La luz del mechero ilumina la cara de Pablo.

Después de una hora o algo así, las llaves de su casa, castañeteaban en la puerta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo ¿ estaba asustado ?

Anónimo dijo...

Todo en esta vida tiene fecha de caducjdad,solo que no nos damos cuenta cuando caduco.
Un nuevo cafe es una ilusion o un capricho,asi sabes si querias segir tomando el cafe de siempre o deseas o necesitabas cambiar.
Pablo no estaba asustado solo no fue capaz de descubrir si el sullo caduco.
Besos y como siempre reflejas perfectamente los miedos y carencias de casi todas las vidas chapo.

Unknown dijo...

Pablo no estaba asustado.....

Amaba a su mujer