Nunca sentí la jota como aquella tarde que la escuché en una isla Balear.
Con punta y tacón bailaban a ritmo de castañuelas, un grupo de baturros en un tablao Mallorquin.
De todos los que allí estábamos, nadie más que yo se sorprendió al verme con lágrimas en los ojos.
Regresé a la capital más noble y me dejé contagiar de nuevo por el acento maño con el que me crié.
Lejos de ser tan extrovertidos como en tierras del sur y a pesar de los tiempos que corren, es más fácil encontrar la amabilidad que el delito.
Llena más su sonrisa que su sofisticación.
Sus dichos y refranes son guía del inteligente.
Que nadie diga que no saben luchar por su tierra.
Lucharon ferozmente contra los franceses, abrazaron al Ebro y se hicieron amigos de Fluvi.
Huesca huele a nieve, montaña y san Lorenzos
Zaragoza suena a Ebro, Pilares y a Héroes del silencio.
Y sí.....Teruel existe, tomando la ruta del tambor y a toque de campanico llegaremos al toro más grande del mundo, pero no por su tamaño.
Testigo repetidas veces de la historia de aquellos amantes que duermen cogidos de la mano. Los amantes de Teruel.
Ista ye a mía tierra, a mía fabla ...Aragón ye a mio hogar
(Relato presentado al IV concurso de relatos de Heraldo de Aragón)
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