Y llegó el otoño....
Llegó con sus colores ocres.
La música tiene más sonido a café.
El pensamiento con aroma a nostalgia, olvida los deseos que se forjaban en verano.
Mientras nuestros cuerpos se esconden bajo la ropa.
Y los domingos saben a palomitas y cine.
Llegó el otoño advirtiéndonos de la llegada del invierno.
Deseado por algunos y rechazado por los menos aventureros.
Camino por las calles de esta ciudad de aire y frío donde algunas terrazas de bar se resisten vacías e invisibles para la gente, que por estas fechas deja de mirar a su alrededor para hacerlo solo al frente deseando llegar al refugio.
Y llegó el otoño, como si fuese un portal a otra forma de vida, invitandonos a la reflexión y al romanticismo.
Un violín se escucha de fondo y yo sigo dando vueltas al café.
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