Con los años me dí cuenta que tienen más miedo a morir los que ya están muertos, y lo sé porque lo estuve, una vez.
Mi memoria es mi refugio y en él tengo guardados los valores que se forjaron con el cariño de lo dicho y de lo hecho.
Y aunque duele no tenerlo ahora, me siento honrado de haberlo tenido.
Resulta curioso que alguien esté tanto sin estar. Quizá porque quiero que esté. En cualquier caso está.
Sería bonito que ese alguien supiese, que a mi manera, siendo siempre yo. Pongo una parte de él en casi todo lo que hago.
Me conformo con saberlo yo.
También, en esos trocitos de mi, que crecen más deprisa cada día, y a su manera, haya algo de ese alguien, sin que ese alguien lo sepa nunca.
Sé que mi silencio en la distancia abrió camino a muchos alguien, exactamente a todos los alguien que más quería, por eso lo hice, equivocado o no.
Me gusta saber que esos alguien no cambian.
Es la prueba de que viven, de que están, aunque a veces piense que el que no está soy yo.
Pero sí que estoy, desde aquí, desde mi refugio.
haz clic y escucha esto
No hay comentarios:
Publicar un comentario